Violencia de Colombia se reconvierte y trasciende a Ecuador: historiador
Tema central del libro del diplomático ecuatoriano Eduardo Durán-Cousin.
La insuficiencia del Estado y la ausencia del control del monopolio de la fuerza son dos de las razones históricas por las cuales Colombia no ha podido salir de la espiral de violencia que la ha afectado y que trasciende a Ecuador, dice a Efe el historiador y diplomático ecuatoriano Eduardo Durán-Cousin.
Para el autor de "Colombia, el país de los extremos" (editorial La Carreta de Medellín), que fue presentado la semana pasada de forma telemática en Medellín, la nación andina ha estado marcada por una violencia que se reconvierte en el tiempo y ha pasado de las guerras civiles hasta llegar a la de las bandas criminales de estos años.
"El libro analiza las constantes de la historia de Colombia y la más preocupante es la violencia. No es una única violencia, es una que se reconvierte en el tiempo: se pasa de las guerras civiles del siglo XIX a la confrontación campesina, luego a la violencia guerrillera y ahora a bandas criminales. Es decir, Colombia tiene una tendencia a la reconversión de la violencia", sostiene Durán.
El historiador, que ha escrito también "La hora neoliberal de América Latina" y "Cuba: la hora de la verdad", explica que "la reconversión permanente de la violencia se da porque hay un telón de fondo: la insuficiencia del Estado y ausencia del control del monopolio de la fuerza".
Entre las razones que llevaron a Durán-Cousin a abordar la historia de Colombia es que "la frontera ecuatoriana está permanentemente afectada por los datos de la realidad colombiana".
Recuerda que en el siglo XIX, Ecuador participó en cuatro de las ocho guerras civiles colombianas, y que durante el siglo XX, con el conflicto armado interno guerrillas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Movimiento 19 de Abril (M-19), ambas ya desmovilizadas, han hecho incursiones en su país.
También rememora hechos violentos de hace poco tiempo como que el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, del equipo de prensa del diario ecuatoriano El Comercio, fueron asesinados en abril de 2018 del lado colombiano de la frontera por disidencias de las FARC.
"A menudo hay incidencias de la problemática de Colombia que no se quedan necesariamente en la frontera de Rumichaca -principal paso fronterizo entre los dos países- sino que trascienden hacia el Ecuador y esto es motivo de preocupación de la opinión pública cada vez", dice el escritor.
También lo positivo
En el texto, del que Durán-Cousin dice que no es la mera recopilación de fechas y cifras, sino un análisis de factores políticos, económicos, sociales, culturales y sicológicos, también muestra los lados positivos del colombiano.
Cita, por ejemplo, que en una encuesta realizada en su país entre empresarios estos prefieren contratar ejecutivos colombianos sobre los locales y sobre los de otras nacionalidades porque los consideran con habilidades especiales para los negocios y los emprendimientos.
Adicionalmente recuerda que en Ecuador hay, cuando menos, medio millón de colombianos que hacen "importantes aportes" al país en todos los campos.
"Me interesa mucho que no solamente se vea lo violento, sino que también se vea lo creativo (...). Lo que pasa es que la violencia nos preocupa a todos", dice Durán-Cousin.
Recalca que el libro abarca no solo la historia del país sino que también hay espacios en los que se recorre el desarrollo y el progreso del país.
"Colombia pasó de ser uno de los países con muy escaso desarrollo de su economía y por tener poca inversión extranjera a ser una economía que crece", puntualiza.
EFE